lunes, 25 de marzo de 2013

DE IDA Y VUELTA.....




  Como muchos días cogió el tren para ocuparse de algún asunto profesional, como muchos días ése tren le haría vivir nuevas experiencias, siempre con distintos protagonistas, porque en cada vagón del tren se vivía alguna historia; unos comentaban algo del viaje en concreto, otros para pasar el tiempo iban colgados a sus auriculares y veían alguna proyección ya en la carta; otros pasaban el trayecto conectados a sus portátiles ( hikikomoris), los cuáles dejan que el mundo se hunda antes de despegarse del teclado y otro grupo más reducido dejaban volar algún sueño y se sumergían en alguna aventura en el trayecto de ida y, según el éxito se prolongaría en el regreso.

  Juan, era una de esas personas y ése día se cruzó con Ana. Coincidieron en el mismo grupo de asientos y desde un " buenos días", pasaron a un café, dos...; aquello dio paso a un número inesperado  de confidencias, de relatos escondidos, arrinconados, produciendo una "simbiosis " entre raíles que secuestraron sus voluntades más primarias. No importaba, se manifestaron como deseaban, como hacía tiempo les apetecía y dejaron una velada pasión para el regreso.....

  El tren llegó a la estación, Juan y Ana se despidieron con un beso en la mejilla y un "hasta luego" que encerraba auténtica complicidad. Ella tenía un vehículo esperándola y Juan se dirigió a la parada de taxis.

  Después de 15 minutos de trayecto Juan llegó a la dirección de su cliente; una multinacional donde su Consejo de Administración esperaba impaciente la exposición del proyecto elaborado durante muchas horas de trabajo y poco descanso. Cogió el ascensor que le llevaría a la planta novena, donde pudo comprobar el movimiento de personal y la expectación se palpaba.

  La secretaria de dirección se dirigió a Juan y después de una breve presentación le indicó la Sala de Juntas donde esperaba el Consejo. Abrió la puerta y allí estaba la selección de las personas que harían una y mil preguntas sobre su proyecto. El sillón del presidente estaba en dirección al gran ventanal y al girarse, pudo comprobar que estaba ocupado por su compañera de trayecto; Ana...

  Se miraron y se abrió un mundo de posibilidades profesionales y de un viaje de regreso que no olvidarían nunca.

Lon González.
26/03/2013