viernes, 22 de abril de 2016

UN DÍA CUALQUIERA EN UN LUGAR CUALQUIERA


 

  Ricardo, miraba a través de su ventana...,  pensó que no era un  ciudadano especial, sí le llamaba la atención aquellos que en la vida destacaban por cuestiones ligadas al vil metal y a la ostentación de la que hacían gala, quizás porque con esa conducta hacían ver a los demás que eran importantes, que no pasaban penuria alguna en sus vidas y basados en el papel y la moneda que manejaban con derroche extravagante tildaban al resto de los mortales, sin pronunciar palabras, de auténticos  fracasados.

   Fabio era un personaje al que había que archivar entre los egocéntricos  más profundos, un grupo habitual de esta sociedad que nos ocupa y preocupa, una sociedad que piensa y abedece según las instrucciones de medios adoctrinantes y de individuos expertos en el manejo de masas, hay un gran caldo de cultivo y mucho VIP sin el más minimo alimento para sus hemisferios. Son perfectamente identificables.

  Fabio, como otros de su club, era el hijo de un empresario que hizo fortuna con aquél regímen pasado en el que un dictador flagelaba la piel de "toro" a base de sentencias de muerte y de consejos de otro dictador que causó una guerra en la que murieron millones de personas, nuestro Fabio, sin tener conocimiento de centenares de materias básicas es un empresario qué sin utilizar medios violentos, produce un daño cruel a sus empleados, incluso ha sido reconocido como empresario modélico y beneficiado con centenares de subvenciones para mejorar su empresa y su cuenta corriente.

 Hoy, dicen que nuestro empresario modélico, patriota ejemplar, hombre de familia y  de misa diaria, figura en no sé qué de unas listas y parece que en más de una, pero como todo en ésta vida y en concreto en el capítulo de las envidias, esto se archiva en el mayor de los silencios.

 Como todas las historias, cuando se escribe y nos atrevemos a leer, nuestra imaginación cobra una dimensión incalculable, una fuerza que sólo es valorada por la voluntad de pensar y de creer.