domingo, 5 de octubre de 2014

LA MUSA CAPRICHOSA....




   Como todas las historias, esta comenzó pensando en otras cuestiones que, al hilar aspectos y sentidos, surgió sin querer, no lo pretendía pero pensó que no debía desaprovechar la oportunidad y dar unas alegrías a su pluma y por supuesto a su musa ALICAI que, desde la ventana miraba impaciente..., el tiempo pasaba y tampoco ayudaba mucho a su dueño, así pues, con una mirada cómplice guiñó un ojo a su mano y a su querida pluma,  entonces, algo ocurrió...

   Estaba sentada en su sillón favorito, desde él podía apreciar las vistas que la sierra le ofrecía; en invierno las cumbres nevadas y con  los equinoccios iba cambiando el paisaje a cual más hermoso y con cada nuevo paisaje, un nuevo pensamiento cubierto de cientos de palabras que daban sentido a su vida, pero a pesar de tanta plástica siempre quedaba algo en el tintero, buscaba.., no el absoluto de las cuestiones, sino el absoluto de la felicidad, ésa que por algún motivo siempre se retrasaba...

  Aquel atardecer sería distinto, el timbre de la puerta hizo que Marta despertase de su particular sueño de mirada perdida...; al abrir no pudo contener la alegría, Samuel estaba en la puerta y su cara no pudo reflejar un significado más amplio.., bastaron pocas palabras para comprender que ése atardecer sería el comienzo de otros donde la música y la letra se abrazarían por mucho tiempo.

  ALICAI, desde la ventana reía y, traviesa,convencida de su buena labor, desapareció con un claro mensaje de regresar más a menudo.


Lon González.

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