La lluvia golpeaba los cristales de la ventana del sótano; centrado en su estudio, mezclando líquidos y tintes buscaba la mejor composición para la exposición; recordaba su infancia; su padre vivió a través del objetivo y sus personajes preferidos estaban en su propia familia. La infidelidad y abusos de su madre quedaban recogidos en los primeros planos, sus ojos la delataban..
Pero hoy no buscaba paisajes coloristas, estaba centrado en obtener el plano que acompañase al día de lluvia que amaneció; un día de blanco y negro que haría liberar su infancia atrapada en días de sótano y gritos ahogados.
La exposición fue un éxito y pudo saldar su cuenta con el psicólogo.
Lon González.
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