Los días de lluvia venían a ser las tardes de perfectas para las confidencias...
La madre superiora nos dejaba reunirnos en uno de los dormitorios hasta oraciones: Antes de profesar votos teníamos que compartir vivencias:
Ana comentó lo cerca que estuvo del altar, cundo en el último momento recibió el mensaje de su auténtica vocación; Elisa, ya no podía sostener más tiempo la tormentosa relación con su profesor y decidió casarse con Dios..
Y yo, tuve vocación...; consolé al prometido de Ana, amé al profesor de Elisa y al padre Damián, con quien nunca me casaré.....
Lon Ginzález.
No hay comentarios:
Publicar un comentario