jueves, 1 de diciembre de 2011

UNA NOCHE VELOZ.....

La velocidad envolvía todos sus sentidos, utilizaba miles de argumentos para conseguir tener sus manos sobre el volante, no importaban las excusas expuestas que, cada vez eran mayores y continuadas...; todo era válido para sentirse realizado, porque ése era su mundo, no necesitaba otros alicientes en la vida, olvidando lo efímero de su "alocada vida" y de cómo perdía otras cuestiones que finalmente le pasarían factura en un tiempo no muy lejano.
El prestamista admitió sus objetos más valiosos y como buen "usurero" salió ganando en el cambio, pero eso no pondría en "jaque" su decisión de formar parte de la carrera a cualquier precio, habría vendido su "alma" de ser necesario. Ya estaba en la línea de salida....
La noche anterior a la carrera, decidió salir a celebrar su inscripción y no dudó en hacerlo a lo grande.Cenó opíparamente,  le sobraba dinero de los objetos empeñados.., parte de sus recuerdos de familia se fué en ello. Cruzó la carretera y entró en un local ambientado para " la noche y la distracción de  noctámbulos"; la barra estaba decorada con infinidad de luces y un sin fin de bebidas alcohólicas y otras tantas de brebajes absolutamente desconocidos para él...
Una vez sentado en un taburete de la barra, notó la presencia de una señorita escasa de ropa y con claros signos de búsqueda de compañía claramente transitoria qué sin mediar muchas palabras ofreció sus servicios profesionales con la mayor naturalidad . Después de quince minutos de "poca charla" y contexto preciso y directo, subieron al primer piso del local.., el "quid pro cuo" estaba en marcha...
Durante la operación acordada, hubo muchas mezclas de bebidas y sustancias ( no incluidas en el acuerdo) "que el insensato piloto" aceptó en un gesto de "sobrada experiencia", cuyo error le llevaría a otras situaciones....
A la mañana siguiente se encontró tirado en el interior de un contenedor, desnudo y desorientado de tantas experiencias vividas la noche anterior..
En el circuito, una joven, enfundada en un mono de competición y un casco claramente llamativo se sentó al volante de un flamante vehículo y una hora más tarde finalizaba la carrera con la bandera de cuadros por delante.
El premio fue reconfortante y los recuerdos por la forma de obtenerlo pasaron página hasta el próximo incauto...

Lon González.

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