jueves, 22 de diciembre de 2011

UN CUENTO DE NAVIDAD....( primera parte )

Llegaron a la ciudad.., después de un largo viaje en tren a través de los valles nevados, qué en su interior guardaban como pequeños tesoros, a los distintos pueblecillos. Un paisaje realmente navideño...
Adela y Juan, cargados con sus pertenencias ( toda su vida en maletas ), tenían que controlar a los pequeños David y Pablo, que excitados por la "aventura del tren", estaban ajenos a lo que se enfrentarían sus padres; eran felices en su particular mundo, un mundo de niños y de cosas nuevas por descubrir, en el que todo estaba bañado de colores y de nuevas experiencias...
Juan, se dirigió a la consigna para depositar algunos bultos que le impedían el acceso al bar de la estación; los niños tenían hambre y la hora del almuerzo estaba tocando a su fin. Pidió unos bocadillos y unas bebidas; agua para los niños y  cervezas para ellos..
Sentados en la estación y mientras veían el trasiego de pasajeros, dieron cuenta de la comida. Una hora después Juan regresó a la consigna y retiró los bultos depositados; el coche que tenía que recogerles llegó y un chófer le ayudó con el equipaje.
Desde ese instante sus vidas sufrirían un drástico cambio. Juan, tenía un contrato con la dueña de la mansión situada a las afueras de la ciudad, enmedio de un gran bosque. Su trabajo sería importante y a la vez "extraño", pero éso no lo sabría hasta transcurridos unos días...
La señora estaba esperando en el porche; una mujer de mediana edad, bien vestida; su rostro, aunque atractivo, tenía la huella en sus facciones de haber padecido las consecuencias de una vida triste, dejando un pequeño mapa de arrugas que, aunque maquilladas, se apreciaban en la distancia corta...
Se instalaron en una de las habitaciones del piso bajo, junto a la cocina y el sótano. Se trataba realmente de dos habitaciones comunicadas, de tal forma que el matrimonio podría disfrutar de cierta intimidad; por decirlo de alguna manera...
A la mañana siguiente.., el despertador cumplió su cometido; las cinco de la mañana. Juan se aseó y enfundado en un " mono" para las primeras "tareas"; encender la gran caldera situada en el  sótano, limpiar el jardín de las hojas caídas..( el otoño dejó su rastro hacía un mes y el abandono era patente ) y regar las plantas más nutrientes y abono con sustratos las situadas en el invernadero..qué, al entrar en éste quedó sorprendido por la variedad de plantas y de tan distinta procedencia; era como realizar un amplio recorrido por la botánica de infinidad de países. Llamó su atención el gran "arcón" situado en el rincón del invernadero; estaba provisto de una gran cadena que lo abrazaba con un par de candados de seguridad, que hacían imposible saber qué contenía...
Cuando quiso averiguar algo más,,,, una voz " seca y enérgica " le gritó..¿ qué haces ahí, quien te ha dado permiso para husmear ?..¡¡ aléjate ahora mismo del arcón!!..¡ yo, Señora.., lo siento, no pretendía abrirlo!..; la señora, más irritada aún, le espetó..¡¡si vuelvo a sorprenderte, estarás tú y tú familia en la calle!!..
Juan, pálido, desarmado de toda palabra, impotente, dijo...; no volverá a ocurrir Señora...
Ve al garaje, lava los coches.; después quiero que vengas conmigo a la ciudad, nos espera el médico y más tarde iremos a la facultad de medicina ; no te entretengas........
 

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