lunes, 13 de mayo de 2013
LA OFICINA
No sé que ocurrió aquel día, quizás fue al bajar a la planta inferior, quizás fue al cruzarse con ella en el pasillo que comunica con la biblioteca del despacho, quizás fue el aroma del café que tomaron juntos en la sala de juntas...; fueron quizás tantas cosas, tantas casualidades que algo nació entre ellos; su perfume que bañaba el despacho o el de él, que dejando una fragancia suave provocaba en ella una sensación placentera y deseable.
Fueron tantas casualidades que, sin quererlo fijaron su mirada uno en el otro y donde a partir de ahí, todo pasó a ser directo y lleno de complicidad. Se besaron en las escaleras, en los recesos y cuando encontraban un hilo de comunicación en la pura línea del deseo, donde sin reparo alguno se buscaban y se encontraban con rabia y auténtica lujuria.
El trabajo se amontonaba.....
Lon González.
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