domingo, 20 de abril de 2014

3000 KILÓMETROS Y TAN CERCA......





 Sabes?, ha pasado mucho tiempo desde que nos conocimos en aquella calle de Praga; yo estaba haciendo un reportaje para la revista "People", un rollo insoportable al que no sabía como darle el enfoque final, pero claro, no podía elegir los reportajes, estaba en mis principios y tenía que crearme una reputación y eso pasaba por tener una  paga  miserable, la comida y el alojamiento por parte de la revista y por tanto, de poca calidad en un sentido y otro, aún así Praga se quedó en mi interior por tantas cosas que a mi vida aportó.

 Gracias a tu acompañante, Berta, nos conocimos, ella fue la que había quedado conmigo, era agente frilance y trabajaba para varias revistas, la tuya y por supuesto la mía, nos presentó y he de decir qué, desde ese momento supe que entre nosotros habría algo más que una colaboración profesional, como así resultó.

Recuerdas?, cuántos paseos a través del puente de Carlos, no importaba el frío, que era algo más que gélido; el puente de Carlos puede estar orgulloso de nuestras pisadas, siempre le hacíamos compañía y siempre nos cautivaba, porque precisamente allí fue donde nos besamos por primera vez, teníamos contadas las estatuas que hay a lo largo de su recorrido, lo que cada una significaba y bajo el puente, iban y venían sus famosas embarcaciones restaurante con espectáculo incluido, donde muchas noches terminábamos..., después, un nuevo paseo hasta el hotel, para seguir viviendo el amor que nos atrapaba cada día con más fuerza.

Una mañana nos llamó Berta, nuestra frilance, para decirnos que había previsto, a modo de regalo, una excursión a Karlovy  Vary; la ciudad de los balnearios,y donde existe uno de los más famosos construido para el disfrute de la Emperatriz Sissi. Fue un acierto aquel viaje, sirvió para ahondar mucho más en nosotros y consolidar tantas palabras, caricias y memorizar cada centímetro de nuestra piel. La República Checa siempre estará presente, por que desde entonces, hemos ido acumulando nuevos recuerdos y nuevas experiencias anotadas en nuestros diarios qué, si bien es cierto tú tienes uno, yo tengo el mío en mi cerebro y más práctico..., sólo tengo que cerrar mis ojos para situarme exactamente en un punto, un lugar o un beso para pisar nuevamente la nieve.

Ahora estoy lejos de ti, las circunstancias y el hecho de haber progresado en mi trabajo, bien distintas ahora; yo decido el hotel, el restaurante y los honorarios, sólo me veo de manos atadas al no poder imponer tu presencia...; estos dos meses de ausencia los llenaré de; puente de Carlos, de paisajes de Karlovy Vary, de nuestro balneario y de los interminables besos que siguen dibujados en mi piel.

Cierra los ojos para verme.......

Albert.


Lon González.



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