viernes, 12 de abril de 2013

PLACERES AL ATARDECER...




   Saciada de amor llegó al portal de su casa, una tarde más con la bolsa del corazón llena de caricias y de susurros, y sobre su piel.., mil dibujos para recordar sus labios y  manos que tanto necesitaba y que en éste periodo de placeres la sumergían en un mundo en el que sólo ella podía vivir, donde no había cabida para tres, donde las miradas se perdían para confirmar sus deseos más profundos, para volcar todo el deseo acumulado después de la última tarde. Su hambre de amor estaba justiciado y por fin se dejo llevar por las inhibiciones más explícitas, ésas que tanto daño le hicieron cuando desconocía el verdadero alfabeto del placer, del sexo sin limitaciones y de toda la complicidad admisible.

  Al despertar cada mañana sus manos recorrían su cuerpo y cada mañana, reconociendo la humedad anticipada en el próximo atardecer.....


  Lon González.

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